ESENCIA UG: Revista semestral. Año 6, Núm. 13 (2022)

Abstract

Los momentos de inflexión nos dan la oportunidad de interactuar con la sociedad a través del desarrollo de nuevas habilidades y herramientas, mismas que como ciudadanía nos ayudan a ser resilientes ante lo desconocido como sucedió en los meses que nos mantuvimos en confinamiento durante la pandemia por SARS-CoV-2, confinamiento que se vivió con una diversidad de matices, pues las y los miembros de la sociedad se incorporaron a sus actividades presenciales en distintos tiempos y circunstancias la pandemia misma; así también diversos fueron sus efectos en nuestros núcleos familiares, y en el plano personal, la realidad no era única, era tan vasta en sus distintas formas, en sus duelos, en sus sentimientos y en sus retos. Nuestra memoria es selectiva, y tiende a olvidar los episodios que no son gratos y quedarse con aquellos que nos generaron emociones satisfactorias todo, ello como parte de un mecanismo natural que hace la percepción de la vida más llevadera y en busca del bienestar psicosocial. Por ello, es posible que con el paso de los años olvidemos gran parte de las experiencias que vivimos en esta etapa funesta de la historia de la humanidad, pero este esfuerzo editorial, como otros tantos que hace la Universidad de Guanajuato, documentarán las emociones de nuestra comunidad en la pandemia y era post pandémica, documentarán los intereses que nos deja este tiempo, como el tratamiento de las aguas residuales, la remediación de los suelos contaminados y las oportunidades que presentan algunas hortalizas para nuestra salud, así como cuáles son los retos que tuvo la comunidad recién egresada de programas como la enfermería frente a un evento de salud de dimensiones globales, cómo se trastocaron las desigualdades previas a pandemia en zonas periurbanas, cómo las ciencias, las artes y las humanidades se enseñaron y mostraron en el quehacer universitario, pero también cómo en nuestra sociedad las violencias se pudieron agudizar en los espacios domésticos, recordándonos esa deuda particularmente con las mujeres. Todo el trabajo que se realizó por esta valiosa comunidad universitaria en la pandemia tiene el deber de honrarse, pues tuvo como precursores, inspiraciones y motivadores a las personas que nos acompañaron en esos años y que en algunos casos ya no están con nosotras y nosotros, esta comunidad que, como la sociedad misma está reconstruyéndose día con día, no les olvidará ni hoy ni cuando hayan pasado décadas, porque fueron parte de nuestra historia, de nuestras memorias y tenemos el deber de ser personas dignas herederas de sus enseñanzas, y de la educación axiológica que nos dejaron. En este nuevo inicio post pandémico, el humanismo deber ser una bandera común de los sectores: público, privado y social, y el respeto garantizado a la diversidad como postulado esencial, pues la diversidad es característica connatural a la materia, y por ende al ser humano mismo, la diversidad permite la conciencia de la otredad base en la construcción de nuestra propia identidad, y del conocimiento de nuestra naturaleza, el ser humano es tanto más feliz, en cuanto satisface de manera consciente las necesidades surgidas de su propia naturaleza que apuntan a su bienestar como condición primaria. Y segundo, que construyan un criterio que les acerque a los valores que hacen la vida humana digna de ser vivida. / Dr. Carlos Hidalgo Valadez